Vendomarihuana.com en las calles de Guayaquil

El puritanismo nunca ha tocado a mi puerta. Los colores de la inquisición, menos. Sin embargo, hoy fue casi imposible que mi lado sentenciador no se despierte. Claro, en el primer momento, cuando a lo lejos, desde un poste de una calle céntrica de la ciudad, saltó frente a mis ojos un papel en blanco y negro en el que la gran protagonista era una hoja de marihuana, y abajo se leía www.vendomarihuana.com.

A ver, a ver, a ver... ¿Leí bien? Cierro los ojos por unos segundos, y vuelvo a leer la leyenda. Sí, vendomarihuana.com. ¿Cómo? ¿Hasta dónde hemos llegado?, me pregunté enseguida, luego de ver que me hallaba en un sector donde es preferible andar en compañía, y mejor evitarlo si el sol está por ocultarse.

Son ideas que se te vienen a la mente en cuestión de segundos, antes de que empieces a analizar todas las posibilidades, y antes de que te topes en el camino con más copias con la misma leyenda. Tanto descaro no puede ser, recapacitas enseguida. Y peor aun en un sector que, aunque tienes claro que no es muy seguro, igual es céntrico y transitado, pues es parte de una de las principales avenidas de Guayaquil: la Quito.

No sé qué intersección sería, pero lo que sí tengo claro es que quien quiso llamar mi atención, lo logró... e hizo equivocarme doblemente. Sí, porque luego pensé que esto era parte de un proyecto universitario, sociológico... o por último pictórico o parte de un performance. Pero no, no fue ni descaro ni algo que demande más estudio. Uno y sus ideas clichés.

Claro que entré a la página. Yo no podía más con mi curiosidad. "Vendo Marihuana". Vuelve a saltar a mi vista esa leyenda... Pero esta vez no me dejo engañar. Mis ojos se dirigen enseguida hacia abajo, y leo: "Así es, para que te vueles; te vendo mi disco que se llama Marihuana".

Avanzo, y descubro que el culpable es Kristian Fabre, un joven al que se le ocurrió esta manera tan peculiar de promocionar su disco. Kristian no nos ha mentido. Es lo que vende. Y nuestro amigo sorprendedor, con todo milimetramente preparado, te hace escuchar su propuesta musical mientras te pones a ojear su página web.

No, no. Oe, loco. A ti me refiero, Kristian. Si en algún rato me lees, te digo: Realmente no sé si vayas a pegar con la música. Si es por pasar el rato, está bien. Pero presta atención a mi sincero consejo. La plena, hermano, si quieres hacer algo realmente bueno, deja la música, y mejor intenta con el mundo de la publidad. La plena que ahí sí pegas porque pegas... Aunque la canción de la hormiguita me hizo reír.

En todo caso, no soy tajante y mejor te doy la oportunidad. Aquí dejo el enlace de tus páginas para ver qué opinan los que lleguen a la mía.