Ante el suplicio de la talla perfecta

Altas, flacas, esbeltas... menudas. ¿Y si la talla supera la diez? Un gran problema.

Porque todas merecen encontrar piezas bonitas -y ¿por qué no?, a la moda- que se ajusten a sus formas, formas que no han escapado de la deliciosa experiencia de degustar desde un exquisito y cremoso helado de chocolate con almendras, hasta la suculenta paella y la tentadora invitación de una lasagna.


Uno no tiene que vivir en carne propia estas experiencias para saber lo que es. A mí me basta, mejor dicho, me entristece ver a mi gordis, como le digo de cariño a mi madre bella, cuando llego de viaje de algún lado y le veo su frustración tremenda después de que le entrego una prenda que definitivamente no se ajusta a sus formas. Escojo las más grande. Sin embargo, no sé qué definición de XL tienen en las tiendas, talleres y fábricas. En honor a esas mujeres que no encuentran el escape al desestres diario en las tiendas de ropa.


Abril 28 de 2006
El suplicio de las mujeres para encontrar ropa que se ajuste a sus medidas es cada vez mayor

Por Julián Isaza

Probablemente muchas lo han sentido. A la hora de buscar ese pantalón que tan bien le queda a la señorita del cartel publicitario, siempre falta algo o seguramente se desborda ese pedazo que se niega a desaparecer.

Largas tardes de paseo por los centros comerciales se acumulan, mientras se encuentra la prenda requerida, que en últimas termina por ser cualquiera que simplemente abarque la anatomía de la interesada. Es verdad, al parecer unos centímetros de más, alejan kilómetros de lo que se quiere ver en el espejo.

Y es que parece que las tallas son cada vez más chicas, al menos eso es lo que se concluye en una tarde de compras.

ALÓ, suplemento de EL TIEMPO, de Colombia, acompañó a una mujer normal en un recorrido de tiendas y publicó los resultados.

Original: EL TIEMPO (Colombia)